La Juventud Comunista del Perú - Patria Roja es una organización a la que adhieren voluntariamente jóvenes que asumen los ideales y el proyecto histórico fundado por Carlos Marx, desarrollado por sus continuadores entre ellos José Carlos Mariátegui, promotor del socialismo en Perú, ideólogo e intelectual revolucionario, organizador del Partido Comunista y la CGTP. 

Es una organización cuya razón de ser es hacer política con vocación de poder desde el lado del pueblo, de los trabajadores, de las nuevas generaciones que apuestan por un “Perú nuevo en un mundo nuevo”. No es, no puede ser una organización amorfa, “apolítica”, “apartidista”, ajena a los conflictos de clase, distante o extraña a la batalla contra toda forma de dominación imperialista. Tampoco una organización que se disuelve en la vorágine de la coyuntura, cede a la presión de las tendencias anárquicas o se regodea en el utilitarismo pragmático e individualista de “ésta es mi oportunidad”.

Apuesta y lucha por un proyecto histórico. Es ajena, por tanto, a propuestas caudillistas u oportunistas, cuyo límite es el ego del líder mesiánico.

Entiende, con Mariátegui, que “la política es hoy la única grande actividad creadora. Es la realización de un inmenso ideal humano. La política se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria. Y la verdad de nuestro tiempo es la revolución”. Hecho histórico que muchos niegan, incluso desde la izquierda, siguiendo la prédica de los ideólogos y propagandistas del capital y las transnacionales para quienes el socialismo estaría terminado y el marxismo sepultado por la historia. Teoría que, de una u otra manera, también lubrican los seguidores o admiradores del postmodernismo.

Todo esto viene a cuento cuando enfrentamos una campaña sucia mediante libelos innombrables, propia de agentes de los servicios de inteligencia, orientada a confundir, generar desconfianza y dividir organizaciones políticas que cuestionan el sistema o que no comparten el proyecto neoliberal ,hoy hegemónico. Encuentran el medio para ello en las redes sociales, donde el libre juego de las ideas es sustituido por la mentira, las malas artes o la injuria.

II

Que esto ocurra, se explica. La realidad de un país como el Perú y en los tiempos que corren, es compleja. Hay muchos intereses en juego, también estrategias y planes orientados a impedir la construcción de una alternativa seria de cambio. Son esas manos oscuras las que manipulan los hilos de titiriteros a sueldo, de aventureros políticos que creen llegada la oportunidad, también de ingenuos propicios a creerse el cuento de renovadores cuando no escapan de los hilos desgastados de un sistema económico y social que imaginan superado.

Las palabras que siguen pertenecen a Mariátegui y son la mejor respuesta a esa visión estrecha y deformada de hacer política: “Dejemos con sus cuitas estériles y sus lacrimosas metafísicas a los espíritus incapaces de aceptar y comprender la época. El materialismo socialista encierra todas las posibilidades de ascensión espiritual, ética y filosófica. Y nunca nos sentimos más rabiosa y eficaz y religiosamente idealistas que al asentar bien la idea y los pies en la materia”.

Con este espíritu afirmativo, de compromiso con un ideal superior en el que nos reafirmamos, que caracteriza a los comunistas, convocamos a los militantes de la Juventud Comunista a mantenerse firmes en esos ideales, de persistir en el trabajo de cara a los jóvenes que aspiran a construir una patria libre, soberana, democrática, regenerada moralmente, con justicia social y derechos iguales para todos, en cuyo horizonte se vislumbra el socialismo. ¡Que no nos distraiga la marcha de los tránsfugas ni la grita de los incrédulos!

Los llamamos, también, a confrontar con ideas las ideas discrepantes dejando de lado las vulgaridades de ciertos oponentes, con lealtad a los principios frente a la ausencia de ellas, con honestidad y consecuencia ante quienes carecen de esas cualidades, con disciplina y unidad a las tendencias anárquicas y las mentes perturbadas.

Nuestros adversarios se encuentran en la orilla de enfrente, no en el campo popular. Por encima de las dificultades persistiremos en la batalla por la gran unidad para el gran cambio. Nos interesa el país y el pueblo peruano, no las apetencias de grupo o individuos que imaginan el mundo a sus pies. Asumimos una visión de proyecto en lugar de agotarnos en disputas o apetencias personales. Entendemos, con Mariátegui, que“abandonar a los humildes, a los pobres, en su batalla contra la iniquidad es una deserción cobarde”.

Las condiciones son favorables para seguir avanzando en la construcción de una juventud comunista poderosa e influyente, haciendo política democrática, patriótica y socialista de cara a las masas juveniles, junto a una izquierda y un movimiento popular con capacidad de ser alternativa de gobierno al proyecto neoliberal. Pero ello exige una visión estratégica, un programa realista y cumplible además de la unidad más amplia. Esa es la tarea que asumimos. En ella la juventud tiene un lugar fundamental como factor protagónico.

Ese es el clima que debe animar la preparación del IV Congreso de la Juventud Comunista del Perú –Patria Roja, que pronto se echará a andar, poniendo en tensión las fuerzas juveniles del Partido, su espíritu crítico, su labor constructiva y organizada, su voluntad de unidad y disciplina, su fuerza moral e intelectual, su determinación de ir a las masas con entusiasmo y confianza.

Lima, 4 de noviembre de 2016.

Buro Político del Comité Central