José Carlos Mariátegui, con motivo del tercer aniversario de la Revista Amauta, señaló que “la primera obligación de toda obra, del género de la que Amauta se ha impuesto, es esta: durar. La historia es duración. No vale el grito aislado, por muy largo que sea su eco; vale la prédica constante, continua, persistente”. Efectivamente, uno de los elementos que debemos valorar en un nuevo aniversario es la persistencia y continuidad del Partido en una realidad en donde el enemigo de clase ha buscado por todos los medios terminar con nuestra existencia política.

Hoy en día el Partido existe, seguramente con debilidades y limitaciones, y además cuenta con una estructura y fuerza política de renovación y continuidad que es la Juventud Comunista. Entonces, la “duración” de un proyecto como el del Amauta se encuentra también en la construcción adecuada de la Juventud Comunista. 

Siendo la primera estación de la formación política e ideológica de la militancia comunista, se debe prestar toda la atención al desarrollo de la Jota. Nos acercamos a un próximo Congreso Nacional, en ese sentido debemos poner en debate fraterno y sincero la perspectiva y proyección de la Juventud Comunista.

La formación de los nuevos cuadros no se da en el aire, se da en resistencia a una ofensiva continua de la burguesía a través de sus aparatos ideológicos e instituciones. En la misma izquierda existe el debate y la disputa de varios proyectos de cambio. Desde perspectivas socialdemócratas y liberales hasta el dogmatismo y sectarismo  

Por ello la Juventud Comunista no es solo continuidad del proyecto político, es también continuidad y defensa del marxismo-leninismo, los principios organizativos y la tradición que la militancia comunista ha reproducido por casi un siglo.

Mariátegui señaló, en el mismo artículo citado líneas arriba, la tarea fundamental de la juventud “no queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva.” 

Esa es la invitación a partir de nuestra realidad, más allá de nuestro entorno ideológico o político. Partir del propio interés y las necesidades de la joven clase trabajadora y otros sectores oprimidos por el sistema. Es el llamado a crear y soñar un futuro distinto desde nuestras características y culturas. El modelo hegemónico y el sistema tienden a uniformizar para hacer más fácil su dominación.

Un IV Congreso Nacional exitoso de la Juventud Comunista, con unidad y madurez, puede darnos el salto de calidad que necesitamos y consolidar nuevas generaciones para avanzar hacia el centenario del Partido y el bicentenario de la Patria, acontecimientos que nos deben encontrar con un solo Partido Comunista en nuestro país y, por ende, una unificada y poderosa unión de juventudes comunistas.