Corría el año 2006 y dentro de los índices macroeconómicos, el índice del crecimiento de la construcción empezaba a escalar posiciones nunca antes vistas: Estaba naciendo un nuevo “boom” de la construcción en el país. Ahora, han pasado casi 8 años y hemos sido testigos de la transformación que han sufrido bastantes sectores de la ciudad de Lima. Antiguos distritos de características de Residencia baja mutaban en zonas con grandes moles de concreto de más de 10 pisos. Poco a poco, el panorama urbano empezaba a llenarse de grúas y edificios en proceso de construcción. 

En todos estos años, a través de diversos medios de información, se trató de vender la imagen de un país “pujante” impulsado por las altas tasas del sector construcción, periodicazos mañaneros pregonando el “auge” por todos lados, también la publicidad de bancos con familias de "bajos" recursos fácilmente adquiriendo departamentos, y muchas cosas más que harían poner optimista a la más escéptica persona. Pero ¿Qué de cierto tiene todo esto? ¿Es cierto que este boom de la construcción ha tenido óptimos resultados para la población en general como se trata de hacer creer? ¿Este “boom” de la construcción ha logrado revertir el infame déficit de vivienda que adolece el país? ¿Acaso es verdad que la mayoría de familias limeñas prefieren tomar un crédito para una vivienda (como la publicidad nos lo dice), o es que prefieren las esteras en el desierto y empezar desde cero?

Interbank, Casa "propia" (o hasta lo que duren los 20 años de hipoteca).Interbank, Casa "propia" (o hasta lo que duren los 20 años de hipoteca).

Tras el afianzamiento del Neoliberalismo en la década pasada, ha existido una fuerte reducción de la regulación estatal en el sector construcción. Todo esto se manifiesta de diferentes formas: Reducción de requisitos técnicos y de seguridad para construir, Reducción del estado en su papel de ordenador y planificador de la actividad económica. Por ejemplo, no hay una regulación adecuada de los precios de las viviendas y terrenos, las cuales han aumentado 10 veces en los últimos 10 años.[1] El mismo diario Gestión indica que este año (2014), los precios de las viviendas crecerían en más de dos dígitos porcentuales, ergo estaríamos hablando, en el mejor de los casos, en más de 10% el incremento del precio de las viviendas. La lógica gubernamental alimentada por las políticas neoliberales del FMI (propio de un estado Neocolonial), afirma que para que se puedan construir más viviendas y así eliminar el monstruoso déficit que se tiene, es necesario eliminar trabas de todo tipo a las empresas inmobiliarias y así estas puedan construir más rápido. Por ejemplo, la ley 29090 del último gobierno Alanista. Entonces, queda demostrado en la práctica que esta lógica sólo ha aumentado bolsillos privados y no ha mejorado la situación de cientos de miles de familias sin viviendas.

Ahora, con el incremento de los precios ¿Será fácil adquirir un crédito de vivienda para una familia trabajadora? Pues parece que no. En el año 2013, en Lima Metropolitana se pudo vender una ínfima cifra de 13 mil viviendas[2] a pesar de una oferta de 50 mil viviendas. Además, El Fondo MiVivienda[3] menciona que existe un déficit de 1.9 millones de viviendas de calidad en todo el Perú, y además se forman 142,327 nuevos hogares anualmente en el país. También menciona que se espera tener para este año solo una cantidad de 60 mil viviendas “sociales”, en consecuencia (algo que la publicidad gubernamental y banquera pasa por agua tibia) el déficit de vivienda engrosará en aproximadamente 80 mil viviendas solo en este año. Ergo, insistimos, el déficit de vivienda no está disminuyendo: Está aumentando.

Los precios siguen aumentando y se hacen cada año más inaccesibles. (Dibujo: Markus Ronjam)Los precios siguen aumentando y se hacen cada año más inaccesibles. (Dibujo: Markus Ronjam)

Por otro lado, es curioso ver la hipocresía del gran pulpo burgués “El Comercio”[4] ante nuevas invasiones en las afueras de Lima (especialmente en la zona sur donde las inmobiliarias ya han puesto sus ojos), sin embargo son esas mismas políticas neoliberales que defienden a capa y espada las que han generado lo que ahora tanto rechazan. Si Lima ha intensificado más su condición de Ciudad Difusa y fragmentada, es justamente por las erróneas políticas económicas, especialmente las de las dos últimas décadas, todas ellas defendidas por este diario. El mismo diario indica que desde inicios de año hasta Mayo, hubo 73 intentos de invasiones en Lima. Es también preocupante cómo la prensa burguesa trata de reducir y estigmatizar a la población ocupante como “delincuentes” y “traficantes”, atacando los casos aislados mas no las causas económicas que las originan. En efecto, esto es una Lucha de clases, y los Miró Quesada lo saben bien.

Es por eso que dentro del Neoliberalismo, se ha afianzado esta contradicción: Que por un lado, tenemos a un grupo de empresarios inmobiliarios que se han enriquecido más a causa de beneficios tributarios[5], prebendas, falta de regulación estatal, y por la especulación de los precios de terrenos y viviendas; y por otro lado, tenemos a una grandísima cantidad de familias trabajadoras empobrecidas y hacinadas que no tienen más remedio que invadir zonas eriazas en los cerros y desiertos de las afueras de las ciudades principales de la costa para poder hacer realidad el sueño de la vivienda propia. 

El resultado: En efecto, cada año, más familias prefieren invadir zonas eriazas de las afueras de las ciudades para poder construir sus viviendas. No obstante, queda claro que las construcciones en laderas de cerros o en zonas arenosas no son para nada recomendables por su peligrosidad en casos de sismo, sin embargo, ante esta desesperante situación, están justificadas. Estas consecuencias se afianzan más a medida que el gobierno lanza sus paquetazos neoliberales de “reactivación” económica cuyo real objetivo es condonar y disminuir las cargas tributarias a la gran burguesía inmobiliaria. 

En conclusión, más que un “Boom” de la Construcción, lo que se ha afianzado realmente es un Boom de las esteras, porque más familias peruanas han preferido invadir terrenos baldíos para construir sus propias viviendas antes que optar por créditos de vivienda impagables (así sean “sociales”). Lamentablemente la ciudad se vuelve más difusa y fragmentada, todo esto bajo la directa responsabilidad neoliberal de un arrodillado gobierno derechista al servicio del excesivo afán de lucro de un puñado de empresarios que especulan con un derecho tan básico como es el derecho universal a la vivienda. Es tarea de las fuerzas de izquierda acabar con este problema y buscar las alternativas y soluciones necesarias al servicio exclusivamente de las familias trabajadoras del país.

*Egresado de Arquitectura, Dirigente Nacional de la Juventud Comunista.

[1] “Precios de terrenos crecieron hasta 10 veces en los últimos 10 años”, Gestión, Enero de 2014. 

[2] “Precios de vivienda en Lima tenderían a subir hasta en dos dígitos el 2014” Diario Gestión, Enero de 2014.

[3] “Perú espera tener unas 60 mil viviendas sociales este 2014”, La República, Abril de 2014.

[4] Martín Acosta, “Se han registrado 73 intentos de invasiones en lo que va del año”, Diario El Comercio, Mayo de 2014.

[5] “Gobierno anuncia beneficios tributarios a inmobiliarias para fomentar construcción de viviendas” Diario Gestión, Julio de 2014.